"La oración está llamada a ser no una actividad entre otras, sino la actividad fundamental de nuestra existencia, el ritmo mismo de nuestra vida profunda, la respiración de nuestro corazón, por decirlo así". (1)

(1) Jacques Philippe, La Oración Camino de Amor, página 132

domingo, 5 de febrero de 2017

MI VOCACIÓN


Atrás quedaron los años en los que recorrí comunidades religiosas y diócesis buscando discernir mi vocación, me encontraba tan deseoso de vivir una experiencia de este tipo al estilo de lo que se cuenta en la vida de los santos: Llamados constantes y contundentes, caminos que se despejan conforme se comienza a transitar por ellos, abandono progresivo en la providencia divina, un amor por Dios que no se apaga ni mengua pese a las dificultades, entre otros actos cargados de virtudes y heroísmos.  Sin embargo, nada de eso tuvo consistencia en mi y huía de aquellos sitios afirmando que no era lo que buscaba o ni siquiera se me permitía entrar porque mi comportamiento inmaduro y débil molestaba a los orientadores vocacionales, favor que me hicieron, evitándome mayores penas con las que seguro no hubiera podido cargar; una vez más se aplica en mí aquella frase de Pablo cuando afirma que "todo sucede para el bien de los que aman a Dios" (Rm 8, 28).  ¡Cuánta confusión la de esos días!, mi proceder para algunos incomodo se juntaba con el llamado que Dios me ha hecho desde siempre y pretendiendo responder a este, hurgaba en esos escenarios con el objetivo de definir mi situación, ¡que equivocado estaba!, no obstante y a través de los años, Dios fue haciéndome entender las características de ese llamado y todos los acontecimientos que he vivido han ido moldeando mi vocación: 

AMARTE EN DONDE ESTÉ Y AMARTE COMO ESTÉ, NADIE NI NADA PUEDE IMPEDIR ESTO O PONERLE LÍMITES, TE ENCUENTRO DONDE ME ENCUENTRE, TE ENCUENTRO DONDE TE PIENSE Y PUEDO VERTE EN TODO, MI MONASTERIO ES EL MÁS GRANDE Y MI HABITO EL MÁS PRECIOSO, TU SANGRE JESUCRISTO.

Que libre me siento y cuanto más deseo serlo para vivir a plenitud este llamado, no dependo de pareceres humanos, sino de tu decisión ya tomada como también lo afirma Pablo cuando manifiesta que "los dones y la vocación de Dios son irrevocables" (Rm 11, 29).

Rodrigo Romero L.

No hay comentarios:

Publicar un comentario